13.9.12

En mi ajedrez nunca soy el mejor.

Cuando era pequeño, jamás me dediqué a estudiar las dos lunas. Nadie entendía con claridad el golpe de tijeras, y lo que eso significa. "No, no lo volveré a explicar", decía en una complicada canción. Esa noche lo encontré, y alguien me encontró a mi. Generoso mundo y generosa vida, que como gotas de rocío, acariciaron mis mejillas.

A tiempo, dejo que el aire salga, como a golpes de martillo. Y en mis sueños suceden mis memorias, que después del final del reino, pasan 10.100 cosas. Dulce luna que está por despertar. Extraños recuerdos que no recuerdo y que hablo en boca. Delicado tacto que perfilo casi de costado. ¿Quién era yo, para ser lo que ahora soy? ¿Qué hay en el olvido? Acaso eso soy yo, millones de segundos esparcidos.


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