17.6.09

El agua congelada


Mirar atento al punto más lejano. Llenarte de polvo blanco la cabeza mientras el zumbido de una máquina no deja que tus ideas se desarrollen. No voy a dar la alarma. No voy a dar ningún salto, ni gesticularé. Quedarte helado mientras el click de un retrato se congela para siempre. Soñar despierto mientras alguien deja su esperanza en alguna cuneta. Masticar despacio sin morderte los dientes. Mis ojos han dejado de ver en movimiento. Sentir el frío de un bonito día de verano. Cantar descalzo en algún sótano. El agua congelada ha dejado de asustarme. La brisa suave ha dejado de acompañarme. Y las hormigas me miran desde abajo, se ríen al ver mi patética existencia. Algún día trabajaré para ellas. Algún día hablaré como ellas. Buscar vida en algún lugar. La mirada vacía de un ciego me despista. No logro entender como se siente. No lograré saber donde está el límite de la oscuridad. La mirada perdida se solapa con el agua congelada para llenar un segundo en algún lugar.

Tic tac, tic tac en algún lugar

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