24.11.09

Violencia

Hace ahora algún tiempo que me dejé abandonado, como se hace con ese objeto que tanto nos acompañó. El valor de las cosas cambia por algún motivo, haciéndonos ver de otro color. Al recordar esta imagen me paro en seco. Mi corazón con un verde mate se contrae levemente haciendo que mi ritmo pase a ser algo más tenso y mi vista se cubre con un manto de melancolía. El espacio se come el blanco deteniendo la posibilidad de contar los segundos que pasan. Yo sin entenderComprobar ortografía porque me toca vivir esto a mi; sin saber si realmente he de aprender algo de esto o si es mi incapacidad de gestionar las situaciones la que me hace entrar en la espiral de mi estupidez. La imagen es clara en mi cabeza, se trata de una acera de color gris oscuro que marca una diagonal, que corta el cuadro en dos partes, de abajo a arriba. Al fondo a la derecha y en la parte de arriba mi bicicleta roja, solitaria, espera junto al verde de un poco de hierba. Suspiro y el aliento por el frío dibuja la silueta que pronto se difumina con el paisaje. Otra vez solo, sin queja, me limito a observar algún cambio. Miro el detalle, la textura del ambiente y por un momento me gusta el sabor amargo de la melancolía del lugar, me recuerda a algo que algún día fui. Un abrazo de lágrimas, el principio del lugar al que pertenecí, donde soy coronado por los mios, las raíces.

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