Hace dias que dejé de existir..

Hace tantos dias que no existo que es como si hubiera muerto. Mi cuerpo, pudrefacto hace dias que dejó de existir. Incluso he apartado el recuerdo fuera de mi. No me queda nada, la esperanza dejó de existir. Mi suelo dejó de existir y mis lágrimas, ácidas como nunca, dejaron de existir. Para nadie existo, no tengo nada y tampoco lo quiero. Mi corazón arrugado y seco, dejó de existir. Ahora recuerdo que un palo de doble punta lo atravesó. Me dolió tanto que ya ni me acuerdo. Es imposible que lo pueda recordar. A veces dudo de si existió de verdad. Creo que fue un sueño. La vida un día se cruzó en mi camino. O me pareció verla almenos. Era rigida, brillante pero rígida. Solo pude ver destellos de autopistas que no dejan abanzar. Si eran autopistas concentradas y muy brillantes. Lineas, miles de lineas que marcaban una sola dirección. Una dirección tan tan clara que ahora ya ni importa. Pues ahora reflexionando creo que vivo sumiso a un mundo lleno de almas pudrefactas y sin camino, en busca de la nada. Yo soy un monstruo, una vez quise ver mi reflejo y vi a un monstruo. Era de color verde oscuro, sucio, degradado. Mi reflejo nunca me gustó, por eso me dedico a vivir en la mierda, en la basura llena de restos orgánicos en descomposición. Ahora me voy y creo que nunca voy a volver, no me busques porque no me encontraras. Me voy para siempre. Me voy a un lugar de dolor, donde nada importa, donde la maldad es la que reina y donde las mentes están llenas de clavos oxidados. Es un sitio en el que puedes permanecer inmovil atado de pies y manos y observando como corre tu sangre por el suelo. Un suelo lleno de mierda, de restos. Es un sitio donde para entrar has de dejar los ojos al principio del viaje, es la oscuridad. Y no me siento triste, creo que es mi camino, creo que es el camino de todos, dejar de existir. Vaciar nuestras mentes en la nada. Dejarlas libres para que la oscuridad las reine. El dolor ya no duele, es un alivio, es placer. mmm placer!! Dolor y placer. Una vez me clavé una aguja, muy despacio, en el brazo. Primero la observé, debía hacer un milimetro de ancho y no brillaba. Estaba sucia. Miré mi brazo y empecé a introducirla, suavemente, abriendo un hueco en mi carne y notando las diferentes capas de mi cuerpo. Como si de láminas viscosas se tratase. Era una sensación de dolor horrible. Me concentré en lo que estaba haciendo y decidí que aquello no debía doler. Que era mi mente la que no me dejaba ver. mmm que alivio sentí. De repente el dolor formó parte de mi y dejó de existir. Cuando la aguja salió por el otro lado de mi brazo sentí libertad, sentí libertad. Por primera vez libertad. Asi empezó todo. Poco a poco fui deshaciéndome de aquellas partes de mi cuerpo que no eran buenas. Prové con la uña del dedo gordo del pie. Era rígida, muy dura y parecía tan enganchada a la piel que estuve horas mirándola. No fue fácil pero se despegó, simplemente me deshice de ella. Y asi con todas las partes que no eran buenas. Ahora el frio muchas veces decide hacerme sus visitas de rutina. Viene solo, para verme a mi. En forma de amasijo de hierros oxidados. Atraviesa con un ritmo muy lento lo que queda de mi y cuando quiero que se quede se va. No obedece a nada y no puedes pensar nada para disuadirlo. Es la muerte, es una pesadilla de la que es imposible escapar........................................................................................................................................................................................................................
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ahora
dejé
de
existir. Me dejé llevar y dejé mi alma abandonada. Troceada seso a seso, tripa a tripa, nervio a nervio. Dejé de existir. Y a nadie le importó. Dejé de existir y punto. Inerte y muerto. Golpeado y chafado, explotado en mil trozos contra una pared de pinchos. Y no siento nada, solo aquella sensación que un dia fue dolor y ahora es placer. Aunque si lo pienso, es nada. Mi vacio. Es mi vacio, tan egoista que nadie lo ve, solo yo. Y nadie lo puede tocar, ni siquiera yo. Recuerdo mi antigua vida si me esfuerzo. En lo primero que pienso es en la distancia, que me separa de ella. Siento escalofrios y empiezo a llorar. Exclamaciones y contradicciones. Golpes en mi mente, martillos de burbujas ácidas. Golpes y más golpes. Tan fuertes que creo que solo los escucho yo. Imposible de soportar. Ahora me drogo. Quiero sentirme real. Siento el olor de la droga, un olor amargo. Me gusta, se que me gusta.Siento miedo. Lloro y lloro y sigo sintiendo el miedo y la soledad que me atrapa. Pero dura poco, miro su cara y me da igual. Que acabe conmigo.
Ahora voy a pedirte un favor. Quiero que no le cuentes a nadie que hace tiempo dejé de existir. No cuentes mi secreto. No lo nombres nunca. Recuerda que dejé de existir. Ni siquiera yo tengo acceso, porque simplemente dejé de existir. Y aunque seas capaz de mirarme a los ojos, estarán vacios, porque el paso del tiempo los cerró sin avisar. Y otro secreto. Me siento triste. La tristeza puede llenar mi vacio. Erizar mis pelos y volver a salir para dejar paso a mi vacio.Tan egoista que nadie lo ve, solo yo. Y nadie lo puede tocar, ni siquiera yo.